Las primeras veces no se olvidan (o eso dicen). Mi primera vez con la Reina

Suele decirse popularmente que las primeras veces quedan lacradas en la memoria y que nunca se olvidan. Esta es una aseveración bastante seria y posiblemente sea valedera en numerosas ocasiones; sin embargo, existen casos en que por más que sea significativa una experiencia no por ello deja una huella indeleble o incluso, un recuerdo duradero.

Todo esto viene a colación porque no logro recordar la primera ocasión en que escuché a mi banda de rock preferida, Su Real Majestad, Queen. Por más esfuerzos que hago no logro concretar el recuerdo de cuál fue la primera canción del cuarteto británico que escuché; lo que sí recuerdo es que estaba en mi tierna infancia (alrededor de los seis años) y el cassette de los Greatest hits estaba siempre al lado del estéreo. La portada me causaba una tremenda intriga con su fondo negro y el nombre de la banda en blanco, el título del álbum en  llamativas letras rojas y por debajo del texto la fotografía de cuatro curiosos personajes. Y ahí estaban ellos, mirándome desde la portada, con un hipnótico señor bigotón enfundado en una chamarra negra y que se sentaba con una pose de gran actitud, a su costado izquierdo estaba un chico que se veía tranquilo y, hasta cierto punto, incómodo de estar en una fotografía, casi asustado en su chamarra negra y camiseta roja, era el tipo al que sin problemas le dabas el adjetivo de "bueno". En la fila superior, justo por encima del chico bueno estaba un personajazo, un rockero que vestía de traje y usaba corbata, con un apantallante cabello rizado enmarcando su largo rostro, y junto a él un rubio de cabello largo que sí correspondía a la imagen que de niño tenía con respecto a como un rockero debía lucir.

Algo que me causaba duda era el nombre de la banda, ya que según veía estaba compuesta íntegramente por varones; sin embargo, al preguntar a mis padres por la traducción del nombre me respondieron que significaba reina. O sea, un grupo de hombres con el nombre de una mujer, para mí era raro.

Pero, si bien la imagen de los integrantes y el nombre me resultaban un embrollo que no entendía, mi asombro se hizo mayúsculo al escuchar la música. Como dije al principio de este texto, no recuerdo la primera vez que escuché a Queen, pero sí recuerdo que escuchaba hasta el hartazgo esa cinta con temas que se quedaban en mi cabeza, con voces que me hacían cantar en un idioma que no conocía y que menos aún sabía pronunciar (eso no se me ha quitado) y con un ritmo cambiante, trepidante y eléctrico que me incitaba a moverme por la casa al compás de la música. 

Sí, me había hecho un converso de Queen y del rock.

Escuchar los grandes éxitos era la puerta a una sensación que no había conocido con anterioridad, me conmovía la armonía vocal al inicio de Bohemian Rhapsody, y esa canción era todo un viaje. Con esos pasajes melancólicos con los que empieza, la explosión operística en el medio y la explosión guitarrera que me hacía agitar la cabeza, para culminar con esa nota melancólica del piano y el golpe final del gong. Nunca había escuchado una música como esa, capaz de expresar tantas cosas y provocar tales emociones. Recuerdo sobremanera la voz principal del grupo, Freddie Mercury me pareció un verdadero prodigio (cosa que confirmo cada vez que lo escucho) con esa habilidad de alcanzar tonos agudísimos, pero también de adquirir un matiz suave y dulce.

Y si hablamos de las voces, mi asombro creció al saber que el guitarrista Brian May, el de los chinos locos, y el baterista Roger Taylor, el rubio con actitud, completaban las armonías vocales. No tenía idea de que eso pudiera ser posible. Mi admiración creció de forma exponencial al saber aquel dato; piezas como Somebody to love adquirieron una nueva dimensión cuando puse mayor atención a la intrincada combinación de voces.

En la parte instrumental mi admiración no era menor, todo lo contrario. Escuchar la manera en que los diversos instrumentos se combinaban para crear esa música tan poderosa y energética en algunas piezas, tan melancólica, suave y fina en otras, me maravilló. Riffs de guitarra que te hacían mover, la presencia precisa de los tambores y platillos que creaban una pared rítmica impresionante, así como un bajo que con su ritmo retumbaba grave en el pecho. Las líneas de bajo creadas por John Deacon como la de Another one bites the dust siguen escuchándose frescas y llenas de creatividad con el paso de los años. Y el piano. el piano es punto y aparte porque no concebía que se pudiera mezclar de forma tan adecuada con el rock; claro estaba que en esa época no conocía a Jerry Lee Lewis, pero piezas como Don't stop me now, la ya mencionada Bohemian Rhapsody, Bicycle race, Save me o Killer queen fueron reveladoras en ese aspecto.

Sobre Queen se ha escrito hasta la saciedad, cuentan con fanáticos empedernidos y detractores apasionados; lo que no puede negarse es que encarnaron el arte de la música con enorme talento. No solo la voz prodigiosa y la clara habilidad instrumental, sino con el genio para crear canciones desenfadas y bailables como Crazy little thing called love (homenaje a Elvis y todo el rock de los 50) hasta himnos bombásticos como We will rock you. Pero no solo fue la música, ya que sus letras podían abordar desde los temas más ligeros hasta angustias existenciales y dramáticas; esto, claro está, yo no lo sabía a los seis años, pero conforme fui consiguiendo las letras y las iba traduciendo con ayuda de mi diccionario Larousse inglés-español, me fui adentrando en el significado de las mismas. Un pasmo mayor me llegó cuando supe que todos los integrantes de la banda habían compuesto canciones para el grupo y que no solo el vocalista o guitarrista eran los encargados de las letras.

Queen es una banda que definió su sonido con base en diversos géneros, ya que en ellos escuchamos desde el rock'n roll clásico, el blues, la ópera, los sonidos de los compositores románticos, hasta el pop y la balada popular, mezclados de manera correcta y con un estilo característico propio y distintivo; prácticamente todas las canciones del grupo son diferentes una de la otra, pero todas son inmediatamente reconocibles como de Queen, ya sea por las armonías vocales, las miles de capas de guitarras armonizando entre sí o la inconfundible voz de Freddie.

Demasiado largo este texto que no ha intentado ser un análisis corte por corte del álbum, sino el testimonio de mi primera vez con la Reina.

Con base en este disco fue que me adentré en la música de estos británicos y desde hace más de 30 años (qué rudo me pegó la vejez con esa aseveración) no he dejado de escucharlos. No resta sino escuchar de nuevo los Greatest hits y solemnemente decir: God save the Queen!  


Comentarios

  1. Es cierto que las primeras veces nunca se olvidan. Nada sabía de Queen ni de la terrible enfermedad que apagó la vida de su vocalista, pero era una niña cuando, una noche en canal 5 pasaron un concierto que marcó mi infancia, muchos años después supe que se llamó The Freddie Mercury Tribute Concert for AIDS Awareness, quienes captaron mi atención fueron David Bowie y Annie Lennox con la canción Under Pressure, después de eso uno de mis tíos me consiguió música de Queen y los amé desde entonces. Es difícil escoger una sola canción como mi favorita ya que Queden ha estado presente en muchos de los momentos que marcaron mi vida para bien o para mal, sin duda es una de las.mejores bandas de la historia.

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  2. Por mucho una de mis bandas favoritas, pero me pasa lo mismo, no recuerdo la primera vez que la escuché, pero baga mente recuerdo la música de flash, bicycle...we are the champions Llevándome a los grandes éxitos... Siempre formando parte del soundtrack de mi vida.

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